¿Se puede tener todo en la vida?
Alexandra estaba en lo alto de su carrera con un excelente puesto en una multinacional, viviendo en los Estados unidos el sueño americano. Después de muchos trabajos y haber recorrido el mismo camino de muchos latinos que abandonan su país, familia y estilo de vida, ella había logrado un MBA, una casa y un nivel social calificado por los demás, como sobresaliente. Con todo eso, Alexandra se sentía insatisfecha.
Esta situación es muy común en los profesionales que están en lo alto de su carrera, lograda muchas veces con esfuerzo, que sientes que su vida no tiene sentido o que le falta algo. Es muy común ver casos de mujeres que tuvieron que renunciar a una prometedora carrera para dedicarse a ser madres o grandes ejecutivos que han relegado a un segundo plano su salud y crecimiento personal por cumplir con las demandas laborales del mercado.
Al igual que el personaje de la historia del libro de Robin S. Sharma, “El monje que vendió su Ferrari”, Alexandra Navarro abandonó una exitosa carrera de ejecutiva en uno de sus puntos más altos para buscar respuestas a sus inquietudes. Se dedicó a viajar por algunos lugares, como el Brasil, en los que despejó la mente y no encontró las respuestas o la paz que necesitaba.
Al estar en la más profunda de las soledades y la incertidumbre que ofrece la propia alma, decidió recorrer el viaje que faltaba: hacia sí misma. Ahí encontró el compás que la guiaría hacia las respuestas que necesitaba: su propio corazón.
Investigaciones del instituto HeartMath, han redefinido las funciones que tiene el corazón, además, de oxigenar y bombear sangre para el cuerpo, envía información al cerebro que influye en la parte emocional y las decisiones que tomamos. Es como un segundo cerebro.
Alexandra, decidió entonces entrevistarse con diferentes maestros de disciplinas tan diversas como la holística, la mística, hasta la medicina tradicional, que la hizo encontrar el bienestar y las respuestas que estaba buscando. En este viaje obtuvo entrenamiento con reconocidas sanadoras como Sonia Choquette, Doreen Virtue; autores internacionales como Louis Hay, Neale Donald Walsh; mentes científicas como Howard Martin del Instituto HeartMath y librepensadores como el congresista Tym Ryan en los que vio el vínculo entre bienestar y productividad empresarial que muchas veces los individuos pasan por alto.
Encontró que muchos programas se centran en un único aspecto de la vida como los gimnasios y salas de yoga a preparar el cuerpo; las salas de meditación a controlar la mente; los programas de coaching a potenciar la productividad laboral… pero ninguno los combinaba todos.
“La mente es como un motor de búsqueda. Cuando uno plantea una pregunta clara, el subconsciente siempre busca la respuesta más apropiada”, argumenta Navarro que se dio a la tarea de buscar un método que combinara la potenciación de todas las áreas de la vida. “La vida ofrece una gran variedad de aspectos para centrarse en uno sólo. Como seres multidimensionales, podemos desarrollar tantos matices de la vida como queramos”, afirma Alexandra.
Alexandra creo Blue Leaf, compañía dedicada a la motivación personal y el entrenamiento profesional que ofrece un desarrollo de los cuatro aspectos principales en la vida de cualquier individuo (mental, emocional, físico y espiritual) que en sólo 6 sesiones la persona ya ha logrado cambios tangibles en su vida.
Los cuatro aspectos de la vida
El primer aspecto, el mental tiene que ver con las creencias e ideas preconcebidas que las personas cargan. Usualmente, estas creencias son residuales, no son de creación propia de la persona, sino ideas aceptadas socialmente o por su grupo de amigos. Por ejemplo: “hay que trabajar duro por dinero”; “las mujeres ganan menos que los hombres; no es posible ser madre y profesional exitosa al mismo tiempo.
Son ideas que se aceptan universalmente y que se aceptan sin cuestionarse. Usualmente fueron adquiridas en la niñez por el entorno familiar, escolar y religioso. Demuestran más la percepción de la persona, que lo que refleja la realidad. Hemos visto casos en donde los índices de inseguridad disminuyen y la persona que sufrió un atraco, juzga por su propia experiencia que la delincuencia va en ascenso. Es por esto que las personas tienen problemas recurrentes y vuelven a caer en relaciones tormentosas o del mismo tipo que la anterior.
La buena noticia es que estas creencias e ideas preconcebidas se pueden cambiar y modificar a voluntad del mismo modo que fueron creadas las anteriores: por repetición y maximizando una experiencia. Aquel que tenga la idea preconcebida que es malo para vender, sólo necesita realizar una venta exitosa para crear un anclaje positivo que cambie su modo de verse a sí mismo: “Soy un buen vendedor”. Subliminalmente, el subconsciente, comenzará a buscar experiencias que lo guíen a refirmar su nueva programación.
El segundo aspecto es el emocional. Este tiene que ver con el vínculo sentimental que tenemos respecto a las cosas y situaciones. Daniel Goleman, en su libro inteligencia emocional, sitúa la capacidad de un individuo a controlar sus propias emociones como un factor de éxito por encima de las calificaciones, el rendimiento escolar y el coeficiente intelectual.
Al igual que los pensamientos las emociones no pueden verse. Pueden sentirse y medirse y su efecto son visibles en las postura del cuerpo y en los resultados que obtiene en la vida. Usualmente el tema que más impacto emocional nos causa es el dinero. Es fácil determinar cómo es el estado financiero de una persona por las sensaciones que tiene cuando ve a alguien gastar a manos llenas o ve a otra persona ascender y obtener posiciones que él mismo ansia.
Casi todas las decisiones tomadas tienen más influencia emocional que mental: el matrimonio, el empleo, un viaje, un gasto o inversión. Su resultado, también, depende de que emoción sea la que prime al momento de tomar la decisión: miedo o excitación.
La parte emocional también fue adquirida en la niñez por los adultos que nos rodeaban. Si sentimos una sensación de malestar cada vez que llegan las cuentas, incluso cuando se está en capacidad de pagarlas, es muy posible que las subconscientemente las estemos imitando de lo que vimos mientras crecíamos.
El aspecto emocional está influenciado por el mental. El modo que nos sintamos tiene que ver con los pensamientos recurrentes. Si los cambiamos, podemos modificar nuestro vínculo emocional respecto a los aspectos que representen más tensión a la persona: dinero, relaciones, autoestima y muchos más.
El aspecto físico, como su nombre lo indica es el cuerpo. Éste es el vehículo que permite experimentar el mundo. Es la única posesión que tendrá por vida el individuo. De su funcionamiento depende cuanto tiempo vamos a estar aquí y en qué condiciones. Un individuo mal alimentado, no puede rendir laboralmente. Se convertirá en una carga, más que un elemento útil.
Al cuerpo hay que hacerle mantenimiento similar al de un automóvil. Hay que ejercitarlo o sus movimientos se harán más lentos. Hay que hidratarlo para que drene toxinas y renueve proteínas. Hay que nutrirlo adecuadamente y evitar los sustitutos de la comida que dan una falsa sensación que disimula el hambre.
Un cuerpo en mal estado provoca cansancio mental y una sensación de agotamiento emocional, afectando negativamente los demás aspectos de la realidad.
El aspecto espiritual, no tiene que ver con alguna religión o doctrina alguna. Es más con cultivar el hábito de pasar tiempo a solas. Es bien conocido por todos los beneficios de meditar. Para quienes se les dificulte esta práctica se pueden retomar esas actividades que nos gustaban de niños, como dibujar, escribir poesía sólo por hacerlo, también, caminar por un bosque o un parque, mirar un atardecer o la playa. Son estas las actividades que nos recargan y permiten dar una pausa en medio de la jornada.
Cuando estos cuadro aspectos están en armonía, el círculo está completo y la persona puede desarrollar todo su potencial. Al escoger los pensamientos que queremos de acuerdo a la experiencia que deseamos vivir, tenemos emociones que vibran en consonancia a nuestra realidad; así realizamos las acciones necesarias para llevar a cabo esas metas y proyectos que tenemos y poder experimentar más momentos de crecimiento y esparcimiento.
Algunas compañías ya están analizando la relación que tiene el bienestar de los empleados con el rendimiento de la empresa. Google incluyo una sala de meditación entre sus instalaciones; StarBucks comenzó a capacitar y motivar a los empleados que estaban más expuestos a momentos de estrés. Todo esto con resultados asombrosos.
“Usualmente escucho personas decir, -Yo trabajé así de duro para ser así de pobre- Esa es una de las consecuencias de haber trabajado más para el empleo y poco en sí mismo. Las personas tenemos que estar aprendiente y enriqueciéndonos continuamente. El crecimiento nunca para“, admite Alexandra, que en su programa ya ha tratado a cientos de individuos y organizaciones que han aumentado sus niveles de productividad al entrenar a sus empleados a que equilibren todos los aspectos de su vida.
Actualmente Alexandra es un ejemplo de lo que enseña al estar pendiente de los proyectos de su compañía, así como la redacción de su segundo libro; está presente como esposa y madre de tres hijos y aun así, tiene tiempo para ella.
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Alexandra Navarro es la directora y fundadora de Blue Leaf, una organización dedicada al entrenamiento ejecutivo y motivación personal. Su programa de entrenamiento ha recibido el respaldo del Instituto HeartMath y la Universidad de Stanford. Las bases de su tratamiento se encuentran en el libro, Cómo Balancear tu Vida.